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¿VIVIMOS COMO HIJOS DE DIOS? Serás parte de una obra guiada por Dios. La invitación es para que tú conozcas más de Jesús y te acerques más a él, entraras en una aventura donde te servirá para tener un crecimiento espiritual, cogerás raíces y cimientos fuertes para estar de pie en cualquier adversidad. En este libro vas a poder encontrar patrones donde se refleja la vida de muchas personas, y sabrás cómo pudieron salir adelante en medio de las circunstancias. Te darás cuenta de quién es Jesús, y que hizo por ti, Sabrás que eres heredero de Dios por medio de Jesús, Podrás saber cómo recibir las bendiciones para vivir como un hijo de Dios. ERES EL HEREDERO
Al darnos cuenta de que somos hijos de Dios, se nos revelan privilegios que jamás encontraríamos de alguna otra manera. Al darnos cuenta de que somos hijos de Dios, se nos revelan privilegios que jamás encontraríamos de alguna otra manera. Ya sea que seamos hombres o mujeres, todos hemos de pensar como hijos de Dios. 1 Juan 3:1-2, “Miren cuán grande amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Pero sabemos que, cuando él sea manifestado, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es”. ¡Cuán elevada es la relación de un hijo y qué privilegios conlleva! Cuánto cuidado y ternura espera el hijo de su Padre y cuánto amor siente el Padre hacia el hijo.
“el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6 RVR 1960) LOS HIJOS DEL GRAN REY NO VIVEN COMO PRÍNCIPES refuta la afirmación que hace la Teología de la Prosperidad, la cual sostiene que los cristianos que sufren y que no viven en abundancia y bienestar es porque no están en buena comunión con Dios. Josué Treviño estudia las razones por las que padecieron sufrimiento María, Noemí, Job y muchos otros fieles y propone, con contundente y enriquecedor fundamento bíblico que en realidad Dios, como Padre amoroso y preocupado, guía a sus hijos muchas veces con aflicciones y angustias, aunque por el momento sea difícil comprender sus razones. “[...] el hecho de que tiempos difíciles vengan a nuestras vidas nos debe causar alegría, porque eso nos permite ver que Dios se está ocupando de nosotros para hacernos bien: “Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas” (Santiago 1:2 RVR95). Las dificultades en la vida del cristiano son una buena señal. Y si no vinieran tiempos difíciles a nuestras vidas, entonces deberíamos estar muy preocupados, porque eso significaría que no somos hijos de Dios: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos y no hijos” (Hebreos 12:6–8 RVR 1960).”
¿QUÉ HARÍA JESÚS? "Dejándonos un ejemplo, para que sigáis sus pasos". 1 Pedro 2:21 Una niña pequeña, cuando le preguntaron qué era ser cristiano, contestó: "Para mí ser cristiano es vivir y comportarse como Jesús viviría y se comportaría, si fuera una niña pequeña y viviera en nuestra casa". No se podría dar una mejor definición de la religión práctica. Cada uno de nosotros debe vivir tal como lo haría Jesús, si estuviera viviendo nuestra pequeña vida en medio de su entorno real, estando todo el día justo donde estamos, mezclándonos con la misma gente con la que debemos mezclarnos, y expuestos a las mismas molestias, pruebas y provocaciones a las que estamos expuestos. Queremos vivir una vida que complazca a Dios y que dé testimonio de la autenticidad de nuestra piedad. A SU SEMEJANZA "En cuanto a mí, contemplaré tu rostro en la justicia. Estaré satisfecho, cuando despierte con Tu semejanza". Salmo 17:9 Apenas comenzamos a contemplar el bello rostro que nos mira desde los capítulos evangélicos, una gran esperanza brota en nuestro corazón. ¡Podemos llegar a ser como Jesús! De hecho, si somos hijos de Dios, llegaremos a ser como Él. Estamos predestinados a ser conformados a su imagen. No importa cuán débilmente brille la belleza divina ahora en nuestras vidas sucias e imperfectas - algún día seremos como Él. Mientras luchamos aquí con imperfecciones y debilidades, con apenas un rastro de semejanza con Cristo todavía aparente en nuestra vida - todavía podemos decir, cuando vislumbramos la gloriosa belleza de Cristo, "¡algún día seré así!" "Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser conformes a la semejanza de su Hijo". Romanos 8:29
La palabra de Jesús es la respuesta de Dios a los judíos que clamaban por una solución a los males de sus vidas. Hoy, después de muchos años de estudio y reflexión del mensaje divino, surge este libro fascinante y conmovedor que abre la posibilidad de ascender a los más elevados niveles de la conciencia y cambiar nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.
En este libro se ilustrarán tres diferentes temas, bajo el mismo concepto. Tanto en lo espiritual, como en lo secular. Para tocar conciencia y profundizar la sensibilidad espiritual. Diversificando puntos de vista, de manera inferior y superior; pero todos con un fundamento bíblico. No para destruir. Sí para edificar y reconstruir. No pierda el sentido común y considere los valores bíblicos, puesto que son una verdad infalible. No conduzca su vida hacia una confusión social, ni a la destrucción eterna. Cuídela: Es el regalo más valioso en toda su existencia. Cristo le ama.