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La democracia como forma de organización política contribuye al proceso de legitimación de las decisiones colectivas en el ámbito público, fomentando la participación y deliberación ciudadana y la gestión de políticas públicas locales que fortalecen el sistema democrático y la ciudadanía, generando capacidad en las instituciones de poder y sociedad civil para enfrentar desafíos como el populismo. Se reúnen en este libro debates sobre aspectos de la democracia, la democracia deliberativa, políticas públicas, moralidad administrativa y el populismo, temas que han sido objeto de reflexiones desde el derecho, ciencia política y la filosofía política. Esta obra brinda aportes y críticas sobre problemáticas que los autores plantean de acuerdo a las dinámicas sociales y políticas actuales, que resultan de interés a académicos, juristas, politólogos y en general a quienes se sienten atraídos por comprender las nociones y alcances de la democracia. Se trata de un libro que presenta seis capítulos con enfoque cualitativo y desde diversas miradas disciplinares aborda el estudio de la aplicación de procesos democráticos, así como los retos, riesgos y problemas que convergen en un Estado, partiendo de una mirada a las teorías de democracia deliberativa, democracia delegativa, moralidad administrativa, gobernanza con perspectiva de género, y movimientos populistas.
¿Qué es el populismo? ¿Es sinónimo de racismo? ¿Es de derecha o de izquierda? ¿Es lo mismo que el autoritarismo? ¿Siempre está en las antípodas del pluralismo liberal y el respeto de las diversidades? Y sobre todo, ¿es bueno o malo para la democracia? La explosión del concepto no solo en el ámbito académico sino también en la discusión pública ha generado mucha confusión: se lo vincula a las fake news y a las nuevas derechas, a la política de la posverdad y al fascismo. Más allá de las posiciones a favor o en contra, el populismo es una parte medular del mundo contemporáneo que resulta vital comprender. Benjamin Moffitt, uno de los principales expertos en el tema, logra desarmar las asociaciones automáticas y construir un panorama magistral, útil tanto para especialistas como para lectores ávidos de entender la política. Valiéndose de ejemplos de los últimos veinte años, del Norte Global y de América Latina, y ordenando una bibliografía que puede resultar inabarcable, Moffitt explica qué es el populismo y qué es lo que está en juego en los debates acerca de su significado; cuáles son los motores conceptuales y normativos detrás de las diferentes escuelas de pensamiento; cómo interactúa el populismo con otros "ismos" claves como el nacionalismo, el nativismo, el socialismo y el liberalismo; y cómo subyacen diferentes visiones de democracia en el hecho de que se lo considere una amenaza al orden institucional o una garantía para las mayorías. En un mundo acosado por la polarización, la intensificación del sentimiento antiélite y los medios de comunicación cada día más partidarios, el populismo no desaparecerá en el futuro cercano. Examinarlo sin anteojeras no es una cuestión meramente académica: cómo etiquetamos y concebimos a los líderes, los partidos y los movimientos es relevante porque esas etiquetas inciden en el modo en que juzgamos su legitimidad y su validez en el sistema político. Este libro, síntesis precisa y brillante, ofrece una orientación imprescindible para despejar la discusión.
Hoy más personas habitan en países con regímenes democráticos en el mundo que hace cincuenta años, pero desde la segunda década del 2000 estamos asistiendo a una nueva fase de recesión de la democracia liberal a nivel global. Las democracias liberales están más acosadas por los populismos que por las autocracias, más por el declive en el funcionamiento pleno de sus atributos que por rupturas violentas de los “golpes de Estado” clásicos. No se usan balas para sustituir a las democracias, sino leyes para destruir al Estado de derecho. Los líderes populistas tienen mayor probabilidad de debilitar la democracia que de romperla; las pueden convertir en “iliberales”, pero encuentran más límites a la hora de transformarlas en autocracias. Los relevamientos de la opinión pública internacional sugieren que la democracia sigue siendo preferida como forma de gobierno. Las personas han perdido confianza sobre cómo se gobierna en la democracia, pero no están desconectadas con ella; al contrario, se observa mayor participación a través de las protestas públicas y en las redes sociales. Se vota y se reclama. Hay motivos para la preocupación, pero sería desmesurado dramatizar. “Más Bobbio y menos Schmitt” significa, en términos prescriptivos, más democracias participativas y menos democracias plebiscitarias, más mediación política y menos personalismo, más amistad política entre adversarios y menos polarización entre enemigos, más pluralismo y menos unanimidad. “Más despacio, pero juntos” a nivel local representa la necesidad de gobernar para todos, especialmente para los sectores que siguen siendo económicamente postergados o excluidos y para aquellos que son marginados por motivos sociales, culturales, étnicos, religiosos o identitarios. No deberíamos distraernos; la democracia liberal no está funcionando bien con la concepción del Estado mínimo o débil ni con el poder invisible que excluye a la opinión pública del proceso de formación y control de las decisiones políticas. “Más despacio, pero juntos” a nivel internacional encarna el desafío de formar coaliciones políticas en torno a los valores de la democracia liberal para enfrentar a las autocracias. En el fondo lo que está en juego es una batalla por las ideas: abiertas vs. cerradas. Bobbio nos recuerda que la democracia liberal discurre a través del proceso de ensayo y error, de aprendizaje y negociación continua, de autocrítica. Acepta la alternancia en el poder. Respeta el Estado de derecho y al gobierno limitado. Cultiva la empatía, la tolerancia, el diálogo, la deliberación, la persuasión, la búsqueda del consenso. Esquiva la unanimidad, la imposición o la violencia. Es la mejor vía para aspirar al bien común. Más que instrumental, su supremacía es de orden moral.
Hay buenas razones para sentirse decepcionado con el sistema político. Las numerosas promesas que la democracia ha incumplido, la tendencia general de las economías a agudizar las desigualdades, los pavorosos ejemplos de corrupción gubernamental, el conformismo que los ciudadanos perciben en los partidos: la mesa está puesta para que queramos acabar con lo establecido, ese equilibrio que parece beneficiar a una élite y marginar a las mayorías. Ahí florece el populismo. Hoy que en diversos países ese movimiento de masas se ha convertido en fuerza gobernante, conviene entender su naturaleza, su lenguaje, sus metas últimas y los riesgos que entraña. Nadia Urbinati explora en Yo, el pueblo el espíritu antisistema del populismo, su tendencia a proclamar la existencia en la sociedad de una parte "buena" —y por contraste una "mala"—, el avasallante protagonismo de sus líderes, el abuso de su condición de mayoría temporal, la deformación de las elecciones y las instituciones que puede producir. Tras un recorrido por numerosas teorías sobre este fenómeno político y el análisis de ejemplos concretos, la autora nos invita a dejar de discutir qué es el populismo y en cambio a mirar qué hace, en particular la forma en que puede transformar la raíz misma de la democracia. "A diferencia de tantos estudiosos que se suben al tren del populismo, Nadia Urbinati tiene una teoría de la democracia bien desarrollada, que despliega hábilmente para señalar los peligros de este fenómeno. Se basa en su profundo conocimiento de la historia del pensamiento político para plantear aquí sus argumentos." Jan-Werner Müller, autor de "¿Qué es el populismo?" "El populismo es el desafío más serio que enfrentan las democracias liberales contemporáneas. El libro de Urbinati nos ayuda a comprender la imaginación y el lenguaje populista; aprecia el origen de su astucia y registra también sus peligros." Jesús Silva-Herzog Márquez, "Reforma"
Existen innumerables libros y artículos en revistas especializadas que abordan el fenómeno del populismo. Ante esta abundancia, ¿para qué un libro más?, se pregunta el editor. En México hemos llegado tarde a esta discusión. Nuestra tardía transición a la democracia produjo también un desgaste de la democracia elitista muy posterior a la sufrida en la mayor parte de América Latina. En casi todos los países de la región emergieron distintos proyectos populistas desde principios del siglo XXI, unas dos décadas después de las transiciones a la democracia desde regímenes dictatoriales. Mientras los mexicanos experimentábamos una modesta primavera democrática, los países del Cono Sur ya estaban avanzando, en su mayoría, hacia la fase del neopopulismo. Desde la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, el interés en la cuestión del populismo creció de manera extraordinaria al volverse un asunto vital e inmediato. El carácter tardío de nuestra entrada al debate contemporáneo sobre el populismo explica parcialmente que tengamos una relativa escasez de estudios empíricos sobre el tema y una discusión teórica menos intensa. Por ello es pertinente y necesario, en este contexto, revisar el debate contemporáneo sobre el populismo y ponderar su potencial contribución a la caracterización del actual gobierno y del futuro de la democracia mexicana. (ITESO), (ITESO, Universidad)
Este libro explora, tanto desde diversos enfoques teóricos como desde el análisis histórico y político concreto, los mecanismos que han permitido que la perversión populista opere desde dentro de regímenes que, en muchos casos, pudieron haberse consolidado en democracias en el sentido cabal de la palabra. Se argumenta que, con la instauración en la última década, en un buen número de países de la región, de esta democracia adjetivada (progresista, de izquierda o populista), la política latinoamericana parece haber abandonado la preocupación por incrementar la calidad de la democracia. Así, en lugar de requerir una democracia liberal, madura y estable, parece haber optado por acomodarse a una convivencia contra natura entre democracia y autoritarismo.
Las razones y sinrazones de una forma política actual El populismo es una de las patologías políticas contemporáneas más relevantes para el estudio empírico de las dinámicas del poder. La imagen que evoca nos lleva de inmediato a personajes polémicos como Donald Trump, Vladimir Putin, Beppe Grillo, Evo Morales, Nicolás Maduro, Hugo Chávez, Cristina Kirchner, Rafael Correa, Andrés Manuel López Obrador, entre otros. Pero también aformaciones partidistas como Podemos y Vox en España, el Movimiento 5 Stelle en Italia o Morena en México; así como a fenómenos inéditos como el Brexit en Inglaterra o el surgimiento del activismo nativista armado en Estados Unidos. El campo histórico de su desarrollo es amplio. Con la intención de sobrepasar el uso convencional o «de moda» que el conceptoconvoca en el terreno académico y más allá de él, Israel Covarrubias —doctor en ciencia política y autor de Maquiavelo. Una guía contemporánea de lectura sobre lo político y el Estado— presenta este ensayo en el que pone a discusión algunosde los efectos que ha tenido el ascenso del populismo para la democracia. Recorre desde los orígenes y el significado del término, los usos políticos de esa ideología, la construcción de esa identidad populista hasta casos contemporáneos de Europa, América Latina y Estados Unidos. Basado en las herramientas que nos ofrece la teoría política, La fascinación del populismo es una lectura amplia de uno de los fenómenos políticos más debatidos en los últimosaños que nos permitirá entender las líneas generales de los populismos «realmente» existentes en el actual concierto de naciones.