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Muchos cristianos se preguntan por qué sus oraciones ante el Todopoderoso no obtienen la respuesta correcta. Por otro lado, hay otros casos en cierto grupo de intercesores, de los cuales solo algunos obtienen resultados positivos en sus súplicas a Dios, mientras que la mayoría continúa esperando por mucho tiempo sin que suceda nada según sus perspectivas. En esta obra el autor, reconocido doctor en Teología del Antiguo y Nuevo Testamento, explica de forma sucinta pero muy objetiva y utilizando varias referencias bíblicas para confirmar la veracidad de sus conclusiones, algunas de las principales razones por las que una oración no llega en los oídos del Todopoderoso o, aunque los escuche, no añade respuesta alguna, esperando que de esta manera el lector pueda corregir su postura espiritual actual ante su Creador y pueda finalmente mantener una comunión con él que le permita ser escuchado y atendido en vuestras oraciones.
Ante la vorágine presencia de falsos maestros y predicadores que pululan en muchas iglesias y en las diferentes cadenas internacionales, televisoras y emisoras de radio que invitan a los cristianos a dejar de orar, porque "eso pasó de moda" y no es acorde a nuestros tiempos; cambiando el imperante mensaje de "Orad sin cesar", que encontramos en 1era de Tesalonicenses 5:17, por una postura facilista basada en decretar y declarar, o simplemente "ordénele a Dios que haga esto o aquello"; nos hemos visto en la necesidad de presentar este producto editorial que, con el apoyo exclusivo de la Biblia, aclara la importancia de la oración en la vida de cada cristiano y que, entendiendo lo que la Palabra de Dios nos indica, nos llevará a mantener una relación más eficaz con nuestro Padre Celestial. ...Dios sí escucha todas nuestras oraciones e igualmente no deja de responder a ninguna. Lea detenidamente cada palabra, frase, párrafo y capítulo de este manual y se dará cuenta, bajo la perspectiva bíblica (encontrará muchísimos versículos bíblicos que reforzarán cada explicación y/o testimonios), que esa es una de las verdades más grandes que encontramos en la Palabra de Dios.... Solo le queremos pedir dos cosas. Primero: que lea este producto editorial con un corazón y una mente dispuestos a analizar todo y a aprender si lo que aquí va a leer está respaldado por la Biblia... Y segundo: que si lo que se encuentra aquí va en contra de lo que usted enseña, porque así lo aprendió, analícelo profundamente para ver si vale la pena cambiar su manera de pensar... examínelo para evaluar si usted debe seguir complaciendo a las ovejas que fielmente le escuchan en cada sermón o se dedica enseñar una Palabra para que todos aprendan a agradar a Dios.
Hay días en que el mundo va muy rápido, los problemas nos ahogan, las palabras no fl uyen efectivamente y no podemos hablar con Dios para pedirle ayuda. Hernando Trujillo Correal, el autor de este libro, tuvo claridad en un momento clave para comunicarse con Dios y sobrevivir a un cáncer. Esa experiencia lo llevó a escribir La oración que Dios contesta, una guía para tener una comunicación plena con el Señor, que incluye 81 oraciones para fines específicos.
Llegó el momento de abrir tu corazón y ofrendar una plegaria que sea escuchada. Acércate a Dios con estas oraciones y encuentra la fuerza que necesitas. Él te escuchará con su piedad infinita y abrirá su manto protector. Descubre aquí las oraciones dedicadas a todos los ángeles, a los santos y a María, madre de Dios. Porque en el Reino de Los Cielos siempre hay un lugar misericordioso para quienes oran en su nombre. ¡TODO ES POSIBLE PARA QUIEN TIENE FE!
Jesús presenta tres metáforas sobre la oración: pedir, buscar y llamar. La primera palabra ("pedir", gr. aiteite) significa orar con un sentido de dependencia. Lo usa la persona que llega con las manos vacías y dice "no tengo nada que comprar". Jesús nunca rezaba así, es decir, como alguien muy pobre. Pero así debemos pedir al padre, como indigentes y necesitados de todo. La segunda palabra ("buscar", gr. zêteite) contiene la idea de cuidado o preocupación y caracteriza la ansiedad ansiosa, es decir, debemos orar bajo la urgencia de un gran deseo o expectativa. Una tercera palabra ("batam" gr. kroúete) implica las ideas de dependencia y esfuerzo que transmiten las otras dos. Es la mejor expresión del adagio popular, que dice: "Fe en Dios y manos a la obra. Estas son las tres reglas básicas de una oración correcta y eficaz: la persistencia. Nunca debemos esperar que se nos responda a la primera de nuestras peticiones, Jesús nos dijo que fuéramos persistentes
Muchos cristianos se preguntan por qué sus oraciones ante el Todopoderoso no obtienen la respuesta correcta. Por otro lado, hay otros casos en cierto grupo de intercesores, de los cuales solo algunos obtienen resultados positivos en sus súplicas a Dios, mientras que la mayoría continúa esperando por mucho tiempo sin que suceda nada según sus perspectivas. En esta obra el autor, reconocido doctor en Teología del Antiguo y Nuevo Testamento, explica de forma sucinta pero muy objetiva y utilizando varias referencias bíblicas para confirmar la veracidad de sus conclusiones, algunas de las principales razones por las que una oración no llega en los oídos del Todopoderoso o, aunque los escuche, no añade respuesta alguna, esperando que de esta manera el lector pueda corregir su postura espiritual actual ante su Creador y pueda finalmente mantener una comunión con él que le permita ser escuchado y atendido en vuestras oraciones.
Dios nos promete en la Biblia: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. (Jeremías 33:3) Dios nos está dando un reto y mandato a llamarle. Dios quiere hacer cosas más allá de lo que podamos imaginar o soñar que sea posible. Dios le está esperando a usted. En El Poder de la Oración, descubra unas ayudas y verdades acerca de la oración, que pueden transformar su vida y las vidas de otros. Dios quiere derramar Sus bendiciones en nuestras vidas.
¿Dónde está Dios cuando lo necesitas? ¿Por qué no responde a tu llamado? En un extracto de su libro Salmos: Canciones populares de la fe, Ray Stedman comparte reflexiones del Salmo 77, para ayudar a quienes luchan contra las dudas y las decepciones espirituales. Averigua cómo puedes mantenerte firme ante el silencio de Dios y permite que Él te conceda una fe inquebrantable.
Dios es muy grande. Cuando la vida se ve sombría y necesitas que Dios se muestre de una forma grandiosa, te puede resultar difícil imaginarte cómo Él podría rescatarte de esa situación desesperada. Oraciones de un minuto para cuando necesitas un milagro conecta tus necesidades con las promesas de Dios por medio de breves plegarias que aumentan tu fe y ensanchan tu visión de Dios. Cada devocional contiene una oración sincera y un texto bíblico en el que meditar que: -Te consolará en tiempos de dificultad. -Fortalecerá tu fe mientras esperas pacientemente la respuesta de Dios. -Edificará tu confianza al apoyarte en el plan singular que Dios tiene para ti. Si estás orando por un milagro, puedes confiar que Dios te responderá y te brindará una esperanza real, incluso en las horas más oscuras.
Jesús presenta tres metáforas sobre la oración: pedir, buscar y llamar. La primera palabra ("pedir", gr. aiteite) significa orar con un sentido de dependencia. Lo usa la persona que llega con las manos vacías y dice "no tengo nada que comprar". Jesús nunca rezaba así, es decir, como alguien muy pobre. Pero así debemos pedir al padre, como indigentes y necesitados de todo. La segunda palabra ("buscar", gr. zêteite) contiene la idea de cuidado o preocupación y caracteriza la ansiedad ansiosa, es decir, debemos orar bajo la urgencia de un gran deseo o expectativa. Una tercera palabra ("batam" gr. kroúete) implica las ideas de dependencia y esfuerzo que transmiten las otras dos. Es la mejor expresión del adagio popular, que dice: "Fe en Dios y manos a la obra. Estas son las tres reglas básicas de una oración correcta y eficaz: la persistencia. Nunca debemos esperar que se nos responda a la primera de nuestras peticiones, Jesús nos dijo que fuéramos persistentes