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Este libro es una apología por la investigación de la educación desde la educación. Su objetivo es proponer formas de pensar, escribir y problematizar investigaciones que analicen la educación desde perspectivas educativas. En sus páginas, se plantea una forma de entender nuestros referentes empíricos, de construir teorías, de problematizar las realidades, de seleccionar las metodologías y, sobre todo, de escribir y de producir conocimientos que se deban y respondan a la experiencia educativa, a la educación y a lo educativo. La condición flexible y cambiante de las experiencias educativas requieren para su estudio visiones, teorías, y metodologías diversas, a imagen y semejanza de su propio objeto de estudio. Por eso, en este ensayo, la investigación en educación desde la educación se considera como un ejercicio intelectual, un conocimiento complejo, sistemático y productor de verdades que valoran múltiples formas de producción del conocimiento. El libro está destinado a quien desee iniciarse en la investigación sobre lo educativo. No pretende ser un manual con una descripción detallada sobre cómo formular un problema de investigación con cada uno de los pasos a seguir. Más bien, es un propuesta para pensar de manera innovadora sobre qué es nuestro campo de estudio y qué implica su problematización. Es una defensa por una forma de pensar, por un tipo de atención de lo educativo, no una introducción a un método. En realidad, está destinado a todo aquel que desea cavilar sobre lo educativo y que tenga la convicción que cualquiera puede hacer investigación educativa y convertirse en autor. Sebastián Plá es investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es profesor posgrado de pedagogía de la UNAM y fue director en educación secundaria.
La investigación pedagógica se mueve siempre en la relación plural, incierta, variable, tentativa y subjetiva de conectar acontecimientos y sentido educativo. Mirar la educación como experiencia no supone desvincularse del mundo en el que habitamos, sino lo contrario: no desvincular al mundo de quienes lo viven, de quienes lo vivimos, de quienes lo experimentamos, de quienes lo sostenemos o lo soportamos, de quienes lo sufrimos o lo gozamos, de quienes lo consentimos o lo discutimos, de quienes lo hacemos y lo padecemos. En cuanto que experiencia, consiste en adoptar un punto de vista desde el que mirar a la educación; un punto de vista que atraviesa lo subjetivo y lo objetivo, el dentro y el fuera, lo micro y lo macro. Y por encima de todo, es la adopción de una actitud: la de dejarse sorprender, la de abrirse a los interrogantes, la de atender y escuchar lo que la realidad nos muestra, la de explorar el sentido, los sentidos? y los sinsentidos de la experiencia, y de las condiciones en las que tales experiencias se experimentan. La educación, como experiencia personal, subjetiva, desestabilizante, que depende siempre del encuentro real de las personas, no tiene suficiente con la investigación al modo de las ciencias sociales. Necesita el alimento y la inspiración de otras maneras de conocer, de preguntarse, de atender a la realidad. Por eso, necesitamos ampliar la propia noción de investigación más allá de los vínculos con el procesamiento del mundo empírico, para conectarla con la cuestión de cuál es el saber necesario de la educación. Los autores pretenden expresar la relación entre experiencia y saber, recuperando la noción del saber de la experiencia, como aquel tipo de saber necesario en la educación, un saber que nace, como diría María Zambrano, de la sedimentación de la experiencia, aquel poso de lo vivido y pensado que actúa como guía e inspiración en el vivir.
El espectro educativo actual se sumerge en una realidad social en proceso de constante transformación, donde tiene lugar el afianzamiento del Paradigma Educativo Humanista, centrado en el alumnado como protagonista de su propio aprendizaje (autodidactismo, autonomía, aprender a aprender, trabajo colaborativo...). Dar respuesta a estas exigencias y retos socioeducativos derivados de la sociedad del conocimiento (diversidad en las aulas, integración, uso crítico y seguro de las TIC, nuevos contextos de enseñanza y aprendizaje, entornos personales de aprendizaje, etc.) se presenta como la finalidad fundamental de este libro. Para ello, resulta crucial analizar y promover una formación actualizada de los futuros docentes (tanto en las titulaciones de grado como de posgrado), en el contexto universitario, además del propio profesorado en activo, que sea capaz de atender al nuevo perfil profesional que se les demanda, tal como se ha definido clásicamente la función pedagógica, dentro de un "proceso de perfeccionamiento humano" (García Hoz). La adquisición y el desarrollo de la competencia digital y el uso de recursos, estrategias y metodologías activas (gamificación, clase invertida, realidad aumentada, acción tutorial, etc.) constituyen los principales ejes para abordar este cambio de paradigma, a partir de distintas evidencias empíricas extraídas de la praxis educativa y la dilatada trayectoria profesional de los autores en la implementación de acciones de innovación docente. Esta obra se dirige a un público amplio: docentes, investigadores expertos en el tema, alumnado en proceso de formación, padres y comunidad educativa y, en general, toda aquella persona interesada en conocer el impacto de las nuevas metodologías y recursos tecnológicos en la educación.
La obra reúne un conjunto de artículos, algunos de ellos inéditos y otros publicados en distintos medios, en torno al problema de la investigación científica en educación y en ciencias sociales. La primera parte del libro agrupa ensayos de carácter filosófico relacionados con el lugar que en la actualidad ocupa la tradición hermenéutica para pensar la validez, el carácter y las implicaciones políticas de Ia investigación científica. La segunda parte se concentra en algunos aspectos claves del campo de la educación, como las prácticas pedagógicas y la formación docente, los cuales, al ser comprendidos desde la perspectiva hermenéutica, adquieren una importancia mayor para entender lo que está en juego en las aulas de clase. Finalmente, la tercera parte se dedica, desde la tradición hermenéutica, a reflexionar sobre algunos problemas clásicos de la investigación científica muy importantes para la práctica profesional de la investigación en ciencias sociales y en educación. Las tres partes de la obra, en conjunto, ofrecen un panorama sobre las aplicaciones contemporáneas de la hermenéutica al campo de la ciencia, de la educación y de la práctica investigativa.
El estudio del cambio social suele considerarse una rama de la sociología, pero también atañe a las ciencias políticas, a las ciencias económicas, a la antropología, a la educación y a muchas otras ciencias sociales. Por ello consideramos imprescindible su abordaje en la dimensión pedagógica, puesto que estamos inmersos en una nueva etapa en la que tanto la revisión de las formas de transmisión del conocimiento como el impulso de los medios que permitan una reconstrucción de valores y normas necesarios en la relación educativa constituyen misiones prioritarias. Para el análisis del cambio social desde la educación hay que tener presentes los factores, los contextos, el histórico, las condiciones y los agentes del cambio. Y justo esos elementos son los ejes sobre los que pivotan las investigaciones educativas presentes en este libro, donde partimos de las reflexiones de José Manuel Esteve, sobre todo desde su obra La tercera revolución educativa, en la cual ya indicaba que el estudio de los problemas educativos actuales debe situarse necesariamente en el contexto de los profundos cambios sociales y educativos que se han vivido en las últimas décadas. Desde este referente, los diferentes estudios y reflexiones presentes aquí tienen el hilo común de pensar en la investigación educativa desde diferentes dimensiones, pero siempre con la mirada puesta en su aportación para el cambio social y cómo ello ha influido y lo sigue haciendo en las profesiones educativas.
El libro que presentamos nace a partir de un proyecto de investigación y cooperación (B/019460/08) financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Apoyo a la formación de formadores y de investigadores en educación en Centroamérica, en el campo de la Teoría de la Educación. El objetivo final del proyecto ha sido la creación de un Grupo Internacional de investigación en temas de Teoría de la Educación, formado por profesores de Facultades de Educación de Universidades centroamericanas y españolas. Entre las numerosas tareas que se han encomendado a dicho grupo una de ellas ha sido la de elaborar un texto de Teoría de la Educación para uso de estudiantes de grado. Todos los miembros del grupo son profesores universitarios y, por lo mismo, se ven implicados en la necesidad de elaborar disciplinas académicas que presenten y organicen, de manera sistemática, campos de contenidos actualizados. Todos esos campos de conocimiento se refieren a problemas que la educación y la formación presentan y que la época histórica resalta como particularmente relevantes. Pero, también, cada uno de ellos matiza la consideración de esos problemas desde las necesidades de los colectivos humanos con los que se encuentra comprometido. Son esas necesidades las que proporcionan la perspectiva desde la que llevamos a cabo nuestros estudios e investigaciones que, a su vez, suponen el capital en base al cual cooperar con el grupo en la transferencia de conocimiento y de resultados desde un punto de vista global y, más particularmente, en la elaboración de este texto. De este modo, el grupo, y el texto que presentamos, ha quedado aglutinado desde el interés común por la investigación y la reflexión sobre las cuestiones que la formación de los seres humanos plantea en los diferentes contextos de actividad pedagógica en los que cada uno de ellos se ve profesional y académicamente envuelto. Desde cada uno de esos contextos, afloran preguntas que enriquecen la perspectiva global desde la que interpretar los fenómenos educativos. No tomar en consideración las sensibilidades que alimentan los contextos particulares de formación puede llevar a que el tópico de la globalidad, derivado de las nuevas formas de transferencia de información, potencialmente valiosas, induzca formas de exclusión, intelectual y socialmente perniciosas. Porque podría llevar a tratar de construir una teoría general sobre la educación en la que se marginan situaciones reales, historias formativas que, por quedar excluidas, parcializan la perspectiva general, desde la que la formación de los seres humanos debe ser interpretada, por responsabilidad cognitiva. Pero, también las urgencias reflexivas y prácticas locales pueden justificar dejar de lado problemas que empobrecen el horizonte intelectual de la investigación posible y el estudio posible. Dos de estas sensibilidades quedaron explícitas desde el principio en el seno del grupo y marcan el devenir del texto. La primera se ponía de manifiesto desde países latinoamericanos donde la lucha contra el analfabetismo, la elevación cultural de la población adulta, constituye un objetivo prioritario en vistas al desarrollo cultural y social de la población; desde ellos, la movilización cultural de la comunidad resaltaba la importancia de las políticas educativas denominadas informales y el poliformismo necesario de los sistemas de acreditación cultural. Ello implica, para la reflexión teórica global sobre la formación, que el concepto de educación informal adquiere una relevancia teórica que todavía no ha sido asumida suficientemente, aunque se haya generalizado el concepto de educación a lo largo de la vida. Así como la urgencia general de reconsiderar globalmente las formas de acreditación cultural y la necesidad de mecanismos flexibles de reincorporación a los sistemas formales. Globalmente se advierte la importancia del concepto de cultura sostenible, porque en todos los países se presentan graves problemas culturales, de una u otra naturaleza, que sobrepasan la capacidad de los sistemas formales, mostrando que la formación, en vistas al comportamiento participativo y responsable, debe ser asumida como compromiso de toda la Comunidad, como un carácter de la ciudadanía madura. Esto lleva a reinterpretar y expandir el propio concepto de políticas culturales y a expandir el concepto de gobernabilidad; porque la promoción de la calidad de vida de las comunidades no depende únicamente de las políticas económicas, dado que globalmente no pueden garantizar la calidad moral del compromiso ciudadano. La segunda sensibilidad se ponía de manifiesto desde los miembros del grupo que trabajan en entornos de discapacidad o en entornos vitales vulnerados: disminuidos físicos o mentales, sujetos que han padecido maltrato o condicionados por la enfermedad. Si la formación es un requerimiento vital de todos los seres humanos, ese requerimiento donde mejor refleja su urgencia es precisamenteen las situaciones en las que queda más aparente su vulneración; por limitaciones históricas, biológicas o sociales. Son esas situaciones las que muestran, descarnadamente, que la formación compromete el proceso general de la humanización posible de cada ser humano. Estas situaciones deben incorporarse a la perspectiva antropológica general sobre la educación, desde el principio y por principio. Son esas situaciones, también, las que ilustran, por principio, que el proceso de formación forma parte del género de las acciones humanitarias, cuya consideración es indispensable para un proceso de humanización sostenible. Y son esas situaciones, marginadas o escamoteadas en la reflexión global, y que, de una u otra manera, se entreveran en todos los grupos humanos, en todas las culturas, en todos los territorios, las que delatan los puntos críticos por los que la sensibilidad moral detecta los aspectos insostenibles de la cultura, porque desvelan la vulnerabilidad y la vulneración de la condición humana. Profundizar en las razones y en los argumentos que justifican en la condición humana la plasticidad, que hace posible la vida saludable, en sentido global y pleno, lleva a la mejor comprensión de las razones por las que la condición humana, las condiciones de humanidad de la vida de los seres humanos, es vulnerable y puede ser vulnerada. La reflexión teórica y práctica sobre la formación, sobre la educación, busca descubrir las condiciones reales, de posibilidad y de límite, en las que en cada caso el proceso de humanización es posible y el compromiso humanitario es realizable. La reflexión sobre la formación, que busca perfeccionar el comportamiento humano, no puede soslayar la realidad aparente y generalizada por la que muchos seres humanos endurecen su sensibilidad, generan el maltrato o se satisfacen con la maldad. Es esta globalidad de perspectiva por la que el Grupo de Investigación manifestó y manifiesta estar interesado; al ponerla de manifiesto, comprobó que para alimentarla racionalmente debía situarse en un contexto interdisciplinar. Comprobó que la necesidad de alimentarla era poco discutible; pero, también comprobó, al mismo tiempo, que el esfuerzo intelectual necesario para implementarla era enormemente exigente. Que, por responsabilidad cognitiva, el investigador de la educación debe fomentar la misma apertura, intelectualmente abierta, que fomenta en sus estudiantes cuando le propone formación integral. La investigación en teoría de la educación reclama profundizar tanto en los mecanismos y procesos implicados en las mentes que se forman; profundizar, depurar y actualizar los contenidos de la formación que se propone; profundizar, depurar y actualizar en la gestión de los escenarios sociales reales en los que la formación se promueve. Es abrumadora la tarea; pero, también es capaz de satisfacer la más exigente de las curiosidades intelectuales. Exige una actitud abierta para el estudio, aunque las exigencias metodológicas de la investigación requieran de precisión y especialización en los problemas. Acogidos estos objetivos para elaborar el texto, el Grupo de Investigación ha tomado conciencia de la pluralidad de las líneas de investigación en las que cada uno se encuentra comprometido y de la necesidad de la reconstrucción permanente de su personal perspectiva global, mediante el respeto y la consideración pluridisciplinar de las aportaciones de otros de cara a la elaboración del texto final que presentamos. Ha quedado patente en la reflexión colectiva del grupo que las urgencias de responsabilidad local y personal consumían tiempo de reflexión abundante y que, frecuentemente, las demandas de proximidad limitaban la perspectiva, incluso razonablemente. Al confrontar las perspectivas personales elaboradas desde posiciones locales y personales diferentes se pudo advertir que el macroscopio necesario para reflexionar la formación de los seres humanos, la perspectiva global desde la que considerar la formación de los seres humanos, ha de encontrarse en los formadores, en los investigadores de la educación, en permanente estado de construcción; precisamente por hacerse sensible a todas las formas de exclusión. El Grupo de Investigación se propuso iniciar su recorrido, planteándose, desde la pluralidad de perspectivas personales, y en el marco de una sensibilidad abierta hacia la globalidad de la necesidad de la formación para todos los seres humanos, no tratando de construir un tratado cerrado, sino un programa abierto aunque fuese incompleto. Inició su andadura haciendo preguntas. Todos los miembros del grupo presentaron cuestiones por las que, desde su personal preocupación intelectual, se consideraban interpelados. Entre ellas destacamos las siguientes: • ¿Cuál es la importancia de la teoría de la educación en el momento actual? • ¿Existen las ciencias de la educación? • ¿Cómo integrar lo filosófico y lo pedagógico en el pensamiento educativo? • ¿En qué consiste elaborar una teoría de la educación cívica? • ¿Condiciones o características que debe tener un problema para considerarlo problema educativo del que se encargue la teoría de la educación? • ¿Por qué los seres humanos necesitan cultura para vivir? • ¿Por qué la cultura necesita ser acreditada en las comunidades de prácticas? • ¿Cómo se hace un malvado? • ¿Qué puede aportar la teoría de la educación a la construcción de una cultura sostenible? • ¿Cuáles han sido las principales corrientes internacionales de la teoría de la educación? • ¿Qué diferencia hay entre lo que hace un maestro y un músico cuando intentan enseñar música? • ¿Dónde está la cualidad educativa del trabajo de un profesor? • ¿Cómo cambia la concepción de aprendizaje en una cultura digital? • ¿Qué teoría de la educación y visión de ser humano para qué desarrollo? • ¿Hay una teoría de la educación para la educación no formal? • ¿Cuál es la teoría educativa que explica los procesos en los ámbitos no escolarizados? • ¿A quién le sirve la teoría educativa, al docente o al estudiante? • ¿Cuándo el formador de formadores está preparado para un cambio de actitud? • ¿Tiene vigencia la estructura escolar tal y como la conocemos? • ¿Hacia dónde va la educación? • ¿Qué factores determinan los cambios educativos en la actualidad? • ¿Cuáles son los marcos explicativos sobre el fenómeno de la educación y cómo han evolucionado? • ¿Es el discurso teórico educativo objeto de discusión de todos? • ¿Cobertura o calidad de la educación? • ¿Calidad u oportunidad educativa? Desde este listado de numerosas preguntas se discutieron afinidades y se decidieron 9 temas sobre los que centrar el texto: el primero de ellos gira en torno a los fundamentos y al desarrollo del pensamiento en educación; el segundo se centra en los aspectos antropológicos implicados en una teoría de la educación; el tercer capítulo versa sobre la construcción histórica y el reto actual de la teoría de la educación. Por su parte, el capítulo cuarto cifra su reflexión en el discurso teórico de la educación ambiental, centrándose el capítulo quinto en la teoría de la educación contextualizada en la Sociedad de la Información y el Conocimiento. El capítulo sexto hunde sus raíces en la problemática que gira en torno a la gestión del cambio y la innovación en educación; la especificidad de la función docente y las relaciones entre conocimientos temáticos y conocimientos pedagógicos es la temática que da cuerpo al capítulo sétimo, siendo el capítulo ocho fruto de diversas reflexiones e investigaciones en torno a los conceptos de inclusión y exclusión teniendo el derecho humano a la educación como hilo conductor. Termina el libro con un capítulo dedicado a la complejidad de los conceptos de cobertura, calidad y equidad en educación. El objetivo del libro ha sido el de re-crear un conocimiento en teoría de la educación, fruto de las investigaciones y experiencias propias de cada uno de los miembros del equipo en nuestros respectivos campos y grupos de trabajo, para así comenzar a construir un conocimiento compartido con posibilidad de transferencia. El fruto final que presentamos, base de todo el proceso que queda por desarrollar, son las diferentes respuestas a una batería de preguntas que hanservido de antesala, no sólo al primer libro que hemos hecho conjuntamente sino, sobre todo, a lo que será la futura transferencia de conocimiento por parte de este grupo de investigación. Sólo nos queda agradecer a la AECID el apoyo prestado sin el cual este texto y sus futuros lectores nunca se hubieran conocido.
Esta obra es fruto de las investigaciones y reflexiones de un cualificado número de profesores del área de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. Los trabajos fueron presentados en el XI Congreso Nacional de Modelos de Investigación Educativa, cuyo título fue: “Investigación y Sociedad”, celebrado en Granada los días 25, 26 y 27 de septiembre de 2003. El título no es arbitrario, sino que conlleva un interrogante implícito que todos debemos plantearnos: ¿Cuáles son las demandas que la sociedad actual formula a la investigación? ¿Qué cuestiones deben cambiar para que la investigación tenga una mayor incidencia en la solución de los problemas sociales? Desde este planteamiento, hemos seleccionado siete grandes temas, de máxima actualidad, realizados por expertos en cada uno de ellos, y que se corresponden con los diferentes capítulos del libro: 1.- Producción, transferencia y uso del conocimiento; 2.- Nuevos restos en el ámbito de la evaluación; 3.- Investigación educativa: ¿Hacia dónde vamos?; 4.- Metodología en la investigación educativa actual; 5.- Diagnóstico en educación: Nuevos horizontes; 6.- Educación para todas las personas; 7.- Formación e inserción profesional.
Esta obra presenta una serie de capítulos de reflexión teórica y otros de experiencias e investigaciones científicas, que se caracterizan por su rigor conceptual y metodológico, llevadas a cabo en distintos contextos y etapas educativas, con el objetivo de dar respuesta a las necesidades y retos actuales del sistema educativo. Asimismo, mantiene un hilo discursivo desde una perspectiva nacional e internacional ya que los autores pertenecen a instituciones de diferentes países.En síntesis, como se ha podido comprobar, el libro cumple con el objetivo propuesto, aportar diferentes enfoques teóricos y empíricos que fomenten y enriquezcan la perspectiva sobre la innovación docente en diferentes contextos para promover procesos de enseñanza y aprendizaje óptimos.