Nerio Romero González
Published: 2018-01-29
Total Pages: 162
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Si alguien le preguntara por qu� la Medicina Familiar es considerada una especialidad integral, y que la integralidad (comprehensiveness, en ingl�s) es el principal de sus atributos �c�mo responder�a usted? Podr�a tal vez responder que es as� porque un m�dico de esta especialidad es uno capacitado para atender la mayor�a de los problemas y situaciones de salud, de la mayor�a de las personas, la mayor�a de las veces. Pero �ser�a esa explicaci�n suficiente? Y si le pidiera que lo explicase con un ejemplo, �c�mo lo ejemplificar�a? Responder a estas cuestiones, lo cual a menudo es dif�cil, es uno de los objetivos de esta obra. En ella pretendemos ayudar a definir el significado de integralidad y c�mo se convierte en acci�n en la pr�ctica del m�dico de atenci�n primaria, y hacer una recopilaci�n ordenada de modelos y enfoques te�ricos que facilitan esa aplicaci�n. Al final, la obra ofrece un detallado ejemplo (un caso cl�nico, dir�amos los m�dicos) para ilustrar tal aplicaci�n.Tras revisar muchas definiciones de autores relacionados con el �mbito de la atenci�n m�dica primaria, encontramos que la integralidad ha sido definida en t�rminos de la amplitud de servicios que la pr�ctica m�dica puede ofrecer a las personas y/o familias, por una parte; y por la otra, de la amplitud del abordaje y manejo del cuidado de la salud, en el sentido de integrar elementos de orden biol�gico, psicol�gico y social.El segundo objetivo de la obra se resume en la pregunta �qu� herramientas utilizar para lograr la integralidad en la pr�ctica m�dica? Hemos identificado, dentro de la amplia variedad de modelos te�ricos y t�cnicas en uso, un conjunto de ellos que hemos denominado herramientas de primer orden, o herramientas mayores, debido a su importancia para tal fin, derivada de que: a) Sirven para abordar desde una perspectiva biopsicosocial la amplia gama de problemas de salud con las que se trabaja en atenci�n primaria, y/o b) Sirven para integrar en una misma pr�ctica actividades m�dicas de finalidad curativa y preventiva.Otras numerosas herramientas, que definimos como de segundo orden, se diferencian de las primeras porque sirven para cumplir tareas o acciones muy espec�ficas, y de alcance m�s limitado en la pr�ctica. Un ejemplo ayudar� a ilustrar esa diferencia: el Enfoque de Atenci�n Primaria Orientada a la Familia es a nuestro juicio una herramienta de primer orden, mientras que el Familigrama es una herramienta de segundo orden. Distinci�n importante, entre otras razones, porque es abrumadora la multiplicidad de modelos y t�cnicas para el m�dico familiar, enfrentado a la dif�cil tarea de dominar m�ltiples herramientas, todas de aparente gran importancia.El Cap�tulo II describe la Historia Cl�nica Orientada a Problemas (HOP), instrumento b�sico para el registro y planificaci�n de la informaci�n y actividades cl�nicas, dise�ado para auxiliar al m�dico en el manejo continuo de m�ltiples problemas y situaciones de naturaleza curativa y preventiva, y muy �til para facilitar la integralidad en la atenci�n m�dica primaria. Los cap�tulos III, IV y V est�n dedicados a las herramientas de primer orden, sus bases te�ricas, y la manera de aplicarlas en la pr�ctica.El Cap�tulo VI presenta un caso cl�nico, y describe el proceso de atenci�n y de elaboraci�n de la historia cl�nica del paciente durante sus dos primeras consultas, ilustrando as� c�mo puede utilizarse la Historia Cl�nica Orientada a Problemas y aplicarse a la pr�ctica las nueve herramientas mayores (descritas en los cap�tulos anteriores) con la finalidad de hacer realidad el principio de integralidad.Esta obra quiere contribuir a clarificar el significado del principio de integralidad en Medicina Familiar, y a jerarquizar las herramientas de primer orden dentro del amplio abanico de recursos te�ricos y pr�cticos disponibles. Y propone que se d� prioridad a esas herramientas mayores en la educaci�n m�dica (pre-grado, postgrado y educaci�n continua) as� como en la evaluaci�n de servicio