Laura Vidaña Moya
Published: 2017
Total Pages: 206
Get eBook
La complejidad del propio concepto de discapacidad, que en los últimos años ha evolucionado a una visión interactiva entre las condiciones de salud y los factores personales y ambientales, requiere dotar de recursos a las personas con discapacidad para que pueden vivir una vida plena y en salud. Desde la visión de la terapia ocupacional, la participación en actividades significativas es clave, puesto que es una potente herramienta para la promoción de la salud, la prevención de trastornos afectivos y de las consecuencias secundarias de convivir con una discapacidad. Pero, precisamente, un colectivo tan necesitado de la participación en actividades, se encuentra con un entorno físico y social lleno de barreras que en lugar de promocionar la participación fomenta el aislamiento y la reducción de la participación en actividades. Este escenario es el que motiva este estudio, que tiene como finalidad explorar en detalle la relación entre personas con discapacidad física, el entorno y sus ocupaciones para generar herramientas que sean de utilidad para los profesionales que trabajan en los ámbitos sanitarios y sociales y a los diferentes agentes de cambio responsables de generar un entorno más inclusivo. En una primera fase de este estudio, el objetivo fue medir la influencia de tener discapacidad física en la relación entre ocupación y bienestar y encontrar variables que pudieran medir las diferentes dimensiones implícitas en la ocupación. Para responder a ello, se utilizó metodología cuantitativa observacional transversal. En una segunda fase, el objetivo fue describir el tipo de soportes que tienen las personas con discapacidad física para participar en actividades, identificar qué aspectos del entorno, según este colectivo, facilitan y/o limitan la participación en actividades, y por último recoger sus propuestas de cambio para que el entorno facilite la participación en actividades. Con el fin de recoger la subjetividad de las personas con discapacidad física se escogió una metodología cualitativa fenomenológica. Las conclusiones derivadas de la primera fase de este estudio contribuyen a reafirmar investigaciones previas dónde se demuestra la relación entre ocupación y bienestar, concluyendo que las personas con discapacidad física que desempeña mayor número de roles, y con menor intensidad, la que dedica más tiempo en desempeñarlos, muestra valores de satisfacción vital más altos. Por último, en la segunda fase del estudio, se obtiene una foto del modelo de atención actual en que se identifica una falta de continuidad entre los servicios sanitarios, más propios de la fase rehabilitadora, y los servicios sociales, más presentes cuando la persona ha vuelto a casa. Por otro lado, se detecta un quiebre en los soportes que existen en las actividades que suceden dentro del hogar, como pueden ser les actividades de la vida diaria, y la falta de ellos en las actividades que suceden en el exterior, como las productivas y recreativas. Así mismo, a pesar de la existencia de servicios encaminados a dar soporte dentro de casa, la familia continúa teniendo un papel demasiado prominente y, fuera de ella, el tercer sector social, en forma sobre todo de asociaciones especializadas, es el único que ofrece oportunidades y acompañamiento para la participación en ocupaciones. Por último, cabe destacar que los servicios existentes están basados mayoritariamente en el modelo biomédico y por tanto tienen un carácter asistencialista, propiciando el estereotipo de la persona con discapacidad física como no capaz y que no aporta ningún valor a la sociedad. Como conclusión final, se propone una mejora del modelo de atención, basado en los fundamentos identificados por los participantes de la segunda fase del estudio: la educación inclusiva, el diseño universal, la atención integral y el modelo de atención centrada en la persona.